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domingo, 18 de octubre de 2015

Llacolén (Chile)

En un Valle de lo que es ahora Concepción, vivía un arrogante toqui(jefe de tribu), llamado Galvarino, tenía una hija,las mas bella entre las bellas llamada Llacolén, era arrogante como su padre, el nombre de dicha princesa corría entre los labios de las tribus mapuches, el toqui comprendió que era hora de casarla, inicio conversaciones con el padre de Millantu, joven y valiente guerrero quien la amaba desde hacía mucho tiempo.

Pero Llacolén era tan soberbia como su padre, que las leyes impuestas por sus ancestros no la hacían feliz, para acallar su ira, solia irse a bañar a una laguna escondida en el bosque

En aquellos días la lucha entre los españoles y mapuches eran sangrientas, los primeros provistos de armas y caballos llevaban la mayor ventaja en la guerra, sucedió que un día un capitán español iba camino a reunirse con su tropa,pasando por la laguna,vio a la princesa y deslumbrado por su belleza la siguió,Llancolén lo miro; era mas gallardo y arrogante que su prometido.

Fascinados se enamoraron y durante las treguas entre españoles y mapuches, se veían a escondidas junto a la laguna, Rota la tregua hubieron separarse de nuevo, en un feroz encuentro los mapuches fueron derrotados, Galvarino cayo prisionero,el gobernador ordeno que le cortaran las manos y le dejaran en libertad, siendo esto como escarmiento a los indios, Galvino volvió a levantar en armas al pueblo mapuche pero ahora a cargo de Caupolicán, al ser descubiertos fueron ejecutados ambos toquis

Llacolén veía llorar a las mujeres de la ira que les quemaba el corazón, pero ella no lloraba, era tanto el amor que le tenia al capitán que el odio no cabía en su corazón, en su anhelo por verlo corrió a la laguna y en el silencio de la noche escucho galopar un caballo...era el,venia por ella, Millantu en su desesperación por encontrarla, se interno en la espesura del bosque y al encontrarla en brazos del enemigo,corrio hacia ellos dando gritos de furia, espada y lanza chocaban entre si...hasta que ambos cayeron muertos

-¡Traidora!-alcanzo a decir Millantu antes de morir

Llancolén fuera de si, se arrojo a la laguna que hoy lleva su nombre.
Cuenta la leyenda que la luna refleja su rostro en las aguas mansas.

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